Cuando Jesús dejó a sus Apóstoles después de la Resurrección no los dejó solos. Volvió con el Padre y desde allí envió a su Espíritu Santo.
Cuando Jesús dejó a sus Apóstoles después de la Resurrección no los dejó solos. Volvió con el Padre y desde allí envió a su Espíritu Santo.