Quinto día de la Novena Parroquial: dedicado a los enfermos
La celebración fue presidida por D. Andrés Romero Sánchez
El viernes se celebró el quinto día de la Novena Parroquial a la Virgen de Barbaño. En esta ocasión estaba dedicada a los enfermos de la parroquia y a cuantos los acompañan y cuidan de ellos. D. Andrés Romero Sánchez, co-párroco de la parroquia y responsable de la pastoral de la salud presidió la eucaristía que estuvo concelebrada por el otro co-párroco, D. Pedro Gómez Serrano.
En el Evangelio leemos que nuestro Señor Jesucristo curaba a los enfermos, que acudían a él en busca de salud. El mismo, que durante su vida sufrió tanto por los hombres, está ahora presente en medio de nosotros, reunidos en su nombre, y nos dice por medio del apóstol Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo curará, y si ha cometido pecado, lo perdonará». Por eso durante la celebración además de orar por nuestros enfermos se le administró el Sacramento de la Unción de los Enfermos a algunos de ellos que previamente lo habían solicitado.
Jesucristo, el médico de nuestras almas, se hace presente en nuestras vidas a través de los sacramentos. También cuando aparecen los síntomas del cansancio, la debilidad,la enfermedad o la muerte, el Señor quiere acompañarnos, fortalecernos y llenarnos de esperanza y salud.
El sacramento de la Unción es la acción salvadora de Cristo cuando aparece la debilidad humana.
Al celebrar este sacramento, nuestros hermanos enfermos reciben, por la imposición de las manos y la unción con el óleo santo, la fuerza de Jesucristo, que cura y salva.
Nos unimos a a ellos con nuestra oración en presencia de la imagen de nuestra Madre, la Virgen de Barbaño cuyo amparo y protección también solicitamos.